El niño


El niño dejo los deberes encima de pupitre y fue hacia donde estaba su madre. Su madre estaba triturando un puré de color amarillo. Le daba con la batidora y hacia un ruido que inundaba toda la casa y taponaba los oídos. El niño, con cara de circunstancias, se plantó delante de su madre.

-¿Qué te pasa? – le preguntó su madre.

El niño se rascó la coronilla y le dijo que tenía una pregunta muy importante que hacerle. La madre paró la batidora, la pasta amarilla saltó sobre el armario de la cocina, pequeñas mandarinas adornaban la puerta ahora. Mamá puso mala cara al verlo, entonces sonó el teléfono del pasillo y salió con el trapo entre las manos, directo para contestar la llamada.


- Si cariño, si que estamos en casa. ¿En el baño? No. ¿El vecino de abajo?... Espera que lo compruebe. Si el puré del niño con la batidora, con tanto ruido… ¡Inundado! ¡¡No!!

Colgó el teléfono y corrió hacia el baño. Una cortina de agua se deslizaba por debajo de la puerta. Intentó abrirla. La golpeó varias veces y de repente se volvió hacia el niño

- ¿Qué has hecho Alvarito?

- Mami, yo no he sido. Me lavaba las manos. He puesto el tapón para que no se escapara el agua y luego ha venido un bicho verde que no me dejaba cerrar el grifo. Ha sido el bicho verde- alegó el niño.

-Y la puerta. ¿Porqué no puedo abrir la puerta?- gritó la madre histérica.

-Ha sido muy divertido. El bicho se ha bañado y han empezado a salir más bichos. Saltaban y cantaban CRIC, CRIC, CRIC. Entonces he ido a avisarte para que tú los vieras. Quería preguntarte si eran saltamontes o saltabaños.

La madre con toda la paciencia del mundo logró abrir con un destornillador la maldita puerta. Cerró el grifo. Recogió el agua del suelo. Llamó al seguro de hogar. Pasó un estropajo por cada una de las gotas de dentífrico verde que se extendía por el lavabo y aledaños. Volvió a la cocina, paso otro trapo por encima de las manchas de puré amarillo mientras el vecino explicaba al señor del seguro como la casa de Alvarito había sido tomada por gremlins amarillos y verdes.
A la madre le hicieron una tila, que cuando vio de qué color era, no supo si atacarla con el estropajo o con el trapo de la fregadera.
Al final lograron que bebiera la infusión a sorbos con los ojos cerrados. El niño hizo un dibujo, una flor rodeada de marcianos saliendo de un tubo de gel. Se lo entregó a mamá.

E. Andaluz

COÑO AZUL




Mi coño es negro como carbón evaporado.


Pero se vuelve azul


a la luz de la tele y de la luna.




La característica más peculiar que explica su color y su forma


es


que tiene una circulación lenta y estremecida


que va navegando hacia la tinta de las venas


y se abre al desamparo de mi dormitorio


como si comprendiese que un dedo impenetrable


masculino no pasará por él


ni por las sábanas.




Sería una esperanza considerar


que sobre mi sexo solitario aún pueden caber


volúmenes remotos


o


un pañuelo azul que penetrase las dos mitades íntimas y


huérfanas


y así pasar esta tela azul ensangrentada quedándose


rompiéndome


porque mi coño ya es invencible


mi enemigo.




Aislado del amor


cualquier coño es violento.




Isla Correyero

LA CASADA INFIEL



Un día de Aberri Eguna
me puso en un compromiso,

Después vivimos una historia
de amor, maría y luna llena
frente a la playa de Zarauz
que habría matado de envidia
a cualquier arábigo-andaluz.

Yo me la llevé a la playa
la noche de Aberri Eguna
pero tenía marido
y era de Herri Batasuna.

Me porté como quien soy,
como un euskaldún legítimo,
y para olvidarla pronto
le regalé un prendedor
con un verso, una icurriña, una pluma y una flor,
y un libro de Patri Urkizu
forrado en ras pajizo.

(Diario del poeta recién cansado)

Jon Juaristi

Luces de neón

iluminan contornos.

La pasión, acaricia

un vaso de tubo abandonado.

Como lo fué mi cuerpo

o pudo ser el tuyo.

La vida en la calle,

(un sonido de tacón incomprendido)

golpea,

las últimas horas de la tarde.

El amor, y las nuevas leyes

que algunos no quisieron aceptar.

Otra vez la pasión,

los pantalones besando el suelo

la camisa abierta de par en par.

Detrás de la puerta...

la vida y otro atardecer

que no contemplaremos.


Paco Peco

Ella notó

el glande en la garganta.

Calla y traga

puta.


Se excitó.


Heroína en el cerebro.


El semen,

la sangre y

Kurt Cobain

buscaban un sueñó.


El cayó

como un dios

para siempre

en el infierno.


S. Manrique.