LOS DÍAS Y LA NIEVE



Atardece en la colina de tus labios.
El húmedo viento de abril
nos devuelve
las horas perdidas,
los días furtivos,
todo el amor incautado
sin previo aviso.

Atardece,
y son  las cálidas
huellas del deseo
las que abren manantiales
y fronteras de fuego.
Murmullos de jade recorren caminos
largo tiempo inescrutables.
Atardece,
y en tus labios empieza la aventura.

Marta Navarro García

2 comentarios:

Unknown dijo...

muy bueno

entrenomadas dijo...

Gracias, Casa de Zitas por subir el poema. Y gracias, MiKaela-Z.
Un abrazo,

Marta Navarro