ANTES DE FREGAR, BARRER




Si en otros poemas que escribiste,
el protagonista eras siempre tú,
y el pugilismo de tus brazos masturbatorios,
pide perdón, promete cambiar y, todo se andará.

Si hiciste versos acerca del amor,
dejándote llevar de rimas y fantasías metafóricas
en las que sublimabas, sueños, miradas, suspiros,
anhelos, deseos, nostalgias, ojeras,
cielos, lluvias, lunas, hiedras, lagos,
mares, bahías, faros, palmeras y felaciones
con una seriedad casi absoluta,
tranquilo, a punto estás de rectificar tus errores.

Si jugaste con las palabras, miedo, muerte, suicidio,
lamento, fiebre, horror, sed, desesperanza,
vejez, angustia, lágrima, terror, pesadilla, dolor,
sollozo, soledad, azufre, cadáver, sombra, féretro,
cenizas, lápida y epitafio, por favor,
dí, que sólo pretendías tirarle los tejos a la vida y,
formatear el disco duro de tus fobias.
Pero eso te llevó toda una vida,
estúpido.

Si fuiste mejor amante que marido,
más artesano que artista,
cotilla antes que enigma,
insaciable por sociable,
ciego a la ciencia, y a tu conciencia,
si creaste ruidos pasándolos por melodías,
y practicaste el incesto contigo mismo,
confiesa que has decidido por fín reformarte
y deja de dar la vara.

Pepe Montero



Caen las noches de abril,
violeta temblorosa,
los dedos pasan vencidos
sobre todos los abismos
en que te busco,
las uñas se funden tristes,
no se engañan.

La cama huele a saxo y chirigota,
cierro los ojos agolpados,
corazón duro,
 cabeza apoya
contra las ocho de la mañana
en el cuerpo que descanso.

Sobre las noches de abril,
caen las cuarenta en  bastos.

              S. Manrique